Tras el rastro de los Santos Mártires y en el Castillo de Viriato
Castillo de San Vicente o de Viriato
Hay una serie de escritos antiguos que atribuyen a la Orden del Temple la posesión del castillo. Ya en las Relaciones de Felipe II, en 1578, a la pregunta de que si había restos de edificios antiguos en la comarca de Castillo de Bayuela (aún Hinojosa y sus tierras no se habían independizado de esta villa), respondieron que ‘[el castillo de San Vicente] fue monasterio de Templarios, esta en parte y lugar que a estar fortificados fuera cosa inexpugnable, tiene a los lados dos torreones caídos’.
Pocos años después, en 1590, el padre Juan de Mariana visitaría sus ruinas, y, como ya hemos comentado, en De Rege (1599) también recoge la tradición según la cual el castillo había pertenecido a los Templarios. Pero, además, ofrece un dato nuevo: las ruinas del castillo pertenecían a una abadía toledana. Con seguridad se trata de la antigua abadía de Canónigos Regulares.
Arrancamos hoy por el camino más corto, desde el Parking de los días de Rally de la Carretera del Piélago. Desde ahí nos sale un camino forestal que nos deja en la cima del Monte de Venus o Pico de San Vicente.
Vértice Geodésico.
En el cerro, a corta distancia de esta construcción, se encuentran también los vestigios de lo que creemos que fue una antigua abadía canonical y las ruinas de una ermita del último cuarto del siglo XVII, erigida sobre la cueva donde, según la hagiografía medieval y la tradición, se refugiaron San Vicente y sus hermanas al huir de las autoridades romanas.


























